viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Cómo es la transformación de los alimentos empezando desde la preparación de alimentos?

Una buena dieta consiste, en combinar y equilibrar todos los nutrimentos, es sencillo aprender a comer; pareciera que una torta de milanesa tiene la misma cantidad de grasa que los unos tacos de longaniza, cuando es mucho más saludable y balanceada la torta de milanesa, explicaré por qué:
Las grasas se dividen en saturadas e insaturadas, las dos son necesarias para el funcionamiento de nuestro organismo pero si no la ingerimos balanceadas, al haber exceso de alguna nuestro organismo no responde bien y creamos daños. Los taco de longaniza, tienen solo grasas saturadas, estas se encuentran en la carne, pero también en la manteca que le ponen al cocinarlos, porque aunque pareciera que es una grasa insaturada por ser aceite, al estarla re-calentando creamos un cambio químico y la convertimos en saturada, esto es lo que sucede con todos los aceites al recalentarlos; ahora probablemente ustedes estén pensando, pues si tienen grasas y en exceso, pero pasa lo mismo con la torta de milanesa la diferencia es que esta esta balanceada y no utilizamos grasa recalentada. La grasa saturada, al igual que en los tacos la encontramos en la carne, pero esta se balancea al cocinarla con aceite (no re-calentado) y aún más si le agregamos aguacate, que también posee grasa insaturada.
En conclusión, en el caso de la preparación e incluso si los comemos en la calle es mejor escoger los BALANCEADOS.
Ahora, naturalmente, los alimentos no se transforman directamente en una parte de nuestro organismo. Deben ser previamente transformados, fragmentados en pequeños elementos básicos a partir de los cuales el organismo sintetiza las sustancias que necesita.
Esta transformación se opera en el curso de múltiples reacciones químicas que constituyen, en un primer momento, la digestión, o sea la fragmentación del alimento en pequeños elementos y su asimilación,  luego el metabolismo, (dichos elementos se transforman nuevamente combinándose entre sí para generar otras sustancias). Estos elementos básicos contenidos en los alimentos se llaman nutrimentos. Son los glúcidos, los lípidos formados por cadenas de ácidos grasos, los prótidos formados por cadenas de aminoácidos, las vitaminas, los minerales y los oligoelementos.
A éstos deben sumarse otros dos elementos que no son nutrimentos propiamente dichos, pero que resultan indispensables para la digestión: el agua y las fibras.
Todo comienza con su preparación, después en la boca, pasando por la faringe, luego el esófago, el estómago; es aquí donde el bolo alimenticio pasa a ser químico, luego pasa al intestino delgado y al intestino grueso; quilo, luego se transforma en excremento.
Después de ingerir los alimentos, comienza la digestión en la boca donde los alimentos se mastican y se mezclan con la saliva que contiene enzimas que inician el proceso químico de la digestión, formándose el bolo alimenticio.  La comida es comprimida y dirigida desde la boca hacia el esófago mediante la deglución, y del esófago al estómago, donde los alimentos son mezclados con ácido clorhídrico que los descompone, sobre todo, a las proteínas desnaturalizándolas.

El bolo alimenticio se transforma en quimo. Debido a los cambios de acidez (pH) en los distintos tramos del tubo digestivo, se activan o inactivan diferentes enzimas que descomponen los alimentos. En el intestino delgado el quimo, gracias a la bilis secretada por el hígado, favorece la emulsión de las grasas y gracias a las lipasas de la secreción pancreática se produce su degradación a ácidos grasos y glicerina.
Además el jugo pancreático contiene proteasas y amilasas que actúan sobre proteínas y glúcidos. La mayoría de los nutrientes se absorben en el intestino delgado. Toda esta mezcla constituye ahora el quilo.
El final de la digestión es la acumulación del quilo en el intestino grueso donde se absorbe el agua para la posterior defecación de las heces.

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